Jorge A. Arancibia Cossío
04/12/2016
06:00
En la zona del sudoeste del departamento de Santa Cruz se ubica el Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) Río Grande-Valles Cruceños, que abarca 734.000 hectáreas de siete municipios de las provincias Vallegrande, Florida y Cordillera. Esta ANMI tiene en su territorio un potencial de atractivos naturales que invitan a conocerla y disfrutar de los ríos de aguas cristalinas, de sus playas y senderos entre la selva virgen con árboles de cedro que, como verdaderos guardianes de la naturaleza, se mantienen erguidos desde hace más de tres siglos, para que los depredadores se mantengan alejados y no osen atentar contra la virginidad, que la hace más hermosa y extraordinariamente rica en fauna y flora.
Estos árboles gigantes parecen decir a los que llegan a esos paradisiacos parajes: “Podés pasar si venís a disfrutar de las riquezas y belleza que ofrecerán a tu vista y a tu corazón. Si venís a cazar o a talar árboles, no sos bienvenido”, dijo el ingeniero forestal Roberto Montaño García, director del Área Protegida ANMI Río Grande-Valles Cruceños, dependiente del municipio de Vallegrande.
Naturaleza y arqueología
Las bellezas que encierra esta zona tienen que ver con los bosques vírgenes del municipio de Postrervalle (Vallegrande). Por su territiorio discurren mansamente las aguas de los ríos Mosquera, La Pesca, Santa Rosa, además del Río Grande, las caídas (cascadas) El bañado de los buitres, La Pajcha y los cerros San Marcos, Bola, Bocón y la quebrada Ñancahuazú, con aguas cristalinas, y Los Chucos, llenas de peces que pueden pescarse hasta con la mano.
Además hay sitios arqueológicos, como los silos, que datan de más de 1.000 años, descubiertos hace poco por arqueólogos de la Gobernación cruceña y arte rupestre en cuevas de serranías que rodean el valle. También están las ruinas arqueológicas de Samaipata (Florida), que aunque conocidas, no dejan de ser uno de los principales potenciales atractivos para las visitas de turistas nacionales y extranjeros. El ingeniero Montaño también mencionó los sitios que cuentan con pinturas rupestres en Moro Moro (Vallegrande).
La Ruta del Che
En el municipio de Pucará, también en la provincia Vallegrande, está la ya famosa Ruta del Che (Guevara), donde se ubica la población de La Higuera, donde murió el mítico guerrillero. Un poco más tierra adentro, se encuentra también la comunidad Vado del Yeso, lugar histórico por ser donde, en un vado del río Masicurí, el Ejército boliviano tendió una emboscada a la columna guerrillera, donde murieron varios de sus integrantes. Este lugar, de unos 1.000 habitantes, es visitado permanentemente por grupos de turistas de todo el mundo, y aunque no existen hoteles de primer nivel, hay albergue para quienes buscan una habitación para el descanso. Pero, la mayoría de los visitantes opta por armar camping en los espacios baldíos o en el patio de la escuelita del lugar. Si bien las comodidades no abundan en el lugar, la gastronomía compensa algunas deficiencias, al igual que la hospitalidad de su gente, dedicada en gran parte a la pesca, a la ganadería y a la agricultura.
Fauna y flora
En este sitio elegido por la naturaleza hay una variedad de animales cuya caza está prohibida por leyes nacionales, departamentales y municipales. Abundan el jucumari, el oso hormiguero, antas, guaso, urina, la casi extinguida paraba azul, el tigre, entre otros animales.
La vegetación se adorna con árboles gigantes de cedro, nogal, almendrillo y tajibo. Los cedros, en su mayoría, son antiguos y se les calcula unos 200 o más años. Algunos troncos de esta maravillosa especie miden hasta ocho metros de circunferencia y llevan un sello municipal que prohíbe su tala.
Masicurí
Pero la síntesis de la abundancia y belleza forestal, geográfica e hidrográfica está en el territorio de Masicurí (compartido entre las provincias Vallegrande y Cordillera), donde lo natural se adorna con pequeñas y floridas comunidades.
Esta zona ahora es explotada por deportistas, que, a tiempo de apreciar los bellos paisajes y senderos, disfrutan haciendo deporte a bordo de modernas motocicletas o cuadratracks. Tras la faena, están las aguas frescas y limpias del río Masicurí y la quebrada Ñancahuazú, así como una variedad de riachuelos. Si desean pasear o pescar en lanchas o canoas, está el caudaloso Río Grande, cuyo cauce debe ser cruzado en pontón, pues no existe un puente.
“El tiempo y las ocupaciones son lo de menos en Masicurí. Aquí solo hay naturaleza que nos da de beber, de comer y nos devuelve años perdidos en la ciudad”, dijo un motociclista, en una pascana hecha en Vado del Yeso, donde, junto con sus acompañantes, armó camping el fin de semana.
Si gusta disfrutar de una ambrosía, están las propiedades ganaderas de don Fanor García, Adhemar Rojas, Teodulo García y otros hacendados que tienen ganado criollo mejorado, como grandes productores de leche. El desayuno no se hace esperar. Lo sirven con una variedad de productos, desde carne de cerdo y de res, hasta pescado, queso, cuajada, mote, chicha y otras delicias que se producen en la zona. La hospitalidad es incomparable. Están con los brazos abiertos para recibir al visitante
En Masicurí, se mantiene como un templo la casa del extinto cardenal Julio Terrazas, que ahora es casa de retiro
La junta de dos ríos será un embalse. El lugar donde se juntan los ríos Moroco y Río Grande será un gran embalse de aguas del proyecto Rositas, de construcción y operación de una central hidroeléctrica.
La junta de dos ríos será un embalse. El lugar donde se juntan los ríos Moroco y Río Grande será un gran embalse de aguas del proyecto Rositas, de construcción y operación de una central hidroeléctrica.
Fuente:eldeber.com.bo |